martes, 21 de octubre de 2014

Mis resilientes

                                           

                                  My Hero and Resilient



Ardilla
                      
 A veces, la vida nos muestra su cara más amable regalándonos “oportunidades y honores”.
Oportunidades de cruzarnos en nuestra senda con rostros, identidades y realidades a los que yo llamo, verdaderos “héroes y resilientes”.
El honor de haber compartido con ellos las inquietudes, los momentos de angustia, la fortaleza ante la adversidad, pero también, su buen humor y sobre todo la amistad.
Tomando sus vidas como ejemplos, y desde este espacio, pequeña ventana abierta al mundo; quiero alabar sus desmedidas y extraordinarias hazañas. Sí, a todos los que como Tere, Avelina, Carmen, Isabel; Lola, Pilar; Pepe, Fernando, Pedro, Luis... fuisteis arrastrados a las profundidades más oscuras de la vida y golpeados con fuerza por la enfermedad, la violencia, la humillación; el abandono, la soledad, los abusos o la muerte.
A vosotros mis héroes; mendigos y señores a la vez, que supisteis caer, aun sin saber bien dónde estabais y cómo levantaros. A pesar de vuestro dolor y vuestras heridas, os elevasteis y no os dejasteis arrastrar o morir.
Vuestra sabiduría ha podido con vuestras incertidumbres y vuestros miedos. En vuestras luchas, habéis ganado muchas batallas a la vida. Vuestro deseo de supremacía no era el de mando, posesión o dominio. Vuestro anhelo era el de transitar por caminos diferentes, buscando otras salidas para afrontar la adversidad extrema y seguir avanzando con gallardia. Sois mis héroes y mis resilientes; los que actuáis en silencio. Los que aceptáis la vida con coraje, confianza y humildad; con la esperanza de que estos momentos pasarán y entonces vuestro futuro no será lo que va a pasar, si no lo que vais a hacer.
Habéis sido fuertes y respetuosos con vuestro pasado. A pesar de las dificultades, os habéis mantenido firmes y alertas en el presente; salvando  barreras sociales y personales.
Habéis sabido superar límites, rebasar expectativas y cruzar horizontes trazando nuevos caminos. Descubristeis nuevas rutas realizando lo imposible, mientras lo posible no sucedía. Despreciasteis lo grande, lo importante y lo notable. Poseéis la fuerza interior  y aun así os quedáis con lo sencillo, porque sabéis bien, queridos amigos, que pase lo que pase, vuestro valor es inherente a vuestra esencia.
Vuestra generosidad y entrega me han enseñado a vivir de verdad. ¡Gracias! mis héroes, paladines, protagonistas y resilientes. ¡Gracias por estar ahí!.
                                                    
Ardilla