martes, 19 de marzo de 2019

¡Ojo con el miedo!


                               "El día que yo nací mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo"
                                           
                                                                        (T. Hobbes)

El miedo es necesario en la vida porque nos sirve para ser previsores y anticiparnos - de forma razonable- ante posibles situaciones de peligro.  Cuando el  peligro es "real" es lógico que nuestra mente active los mecanismos de defensa justificados. Pero ¡ojo con el miedo! porque todos no son iguales. 
Uno de los retos de la humanidad es el afán para liberarse del miedo. A lo largo de la historia  el miedo -en manos de alguien- ha vencido con estrategias a individuos y sociedades. Imponerse a los demás y aterrorizarlos ha formado parte de la condición humana. Ningún animal ha utilizado tanto el miedo con fines represores y destructivos como lo ha hecho el hombre con sus semejantes.
               

Sam Jinkns

El miedo  es capaz de derrotar los sueños, las ilusiones dando paso a la angustia, la ansiedad, la intranquilidad y zozobra. ¿Quién no ha querido sobreponerse al "temor"  que le produce el misterio de la muerte?  Hasta cierto punto el miedo a la muerte es normal. Miedo a la muerte o miedo al "sufrimiento" que padecemos  cuando pensamos en el desenlace final de la vida, hacen que ciertos mecanismos fisiológicos y psicológicos se activen y nos lleven a buscar cobijo en los demás. Séneca tenía una receta para liberarse del miedo que decía: " Desprecia la muerte y todo lo que conduce a la muerte, será objeto de desprecio"  "Quien tema a la muerte, nunca se comportará como un ser vivo".  



Sam Jinkns

Hay miedos reales y otros infundados. Éstos últimos  actúan como simples espejismos creados por la mente, y actúan como un molesto huésped que se ha colado en la vida del que lo siente. La persona que siente este tipo de miedo se ve amenazado  por todo aquello que le rodea y vive siempre angustiado y a la defensiva por miedo a los semejantes. Como decía Sartre " El infierno son los otros". Demasiado análisis de las cosas llevan a la parálisis y el desgaste creyendo que el universo es hostil y todo lo que rodea al mundo es negativo. Sin embargo, sólo es la interpretación interna que se  hace de lo que realmente es. Luego la realidad está distorsionada y produce un miedo patológico. Como decía Epícteto: " No nos hacen sufrir las cosas, sino las ideas que tenemos acerca de las cosas" 

Otro tipo de miedos, son aquellos que se han utilizado para acallar y amedrentar a las masas. De ello saben mucho todos aquellos que lo han fomentado y utilizado convirtiéndolo en terror a lo largo de la historia. La política y sus dirigentes son expertos en utilizar éste instrumento controlador de masas. Las religiones han utilizado el miedo para un adoctrinamiento  moral. Con ello, han fomentado el castigo, la culpa o la condenación eterna. Quien ha suscitado miedos, se ha apropiado de las voluntades de las víctimas, inhibiendo y dirigiendo sus conductas. Pero una cosa es el miedo y la emoción que conlleva y otra cosa es la cobardía. Al igual que existe el miedo también existe la valentía para superar una realidad que habita en la mente. Como decía nuestro Quijote: " El miedo que tienes te hace, Sancho, que ni veas ni oigas a derechas; porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos". 

 El mundo no es sólo un lugar de amenazas sino también de esperanzas. No dejes que el miedo al fracaso te detenga. Razona los miedos, no desprecies el mundo, sólo observalo en su justa dimensión para poder liberararte de lo que te esclaviza. Cuando te sientas libre no tendrás miedo. 
















                                                               Ardilla