martes, 12 de abril de 2016

Dos pícaros en Sevilla


                                    


La vida de Miguel de Cervantes fue un viaje constante, una huida permanente de la desdicha, que le llevó a recorrer caminos de aventuras. En aquellos viajes, el destino acercó con frecuencia a nuestro autor al Sur de España, a Andalucía, donde dicen que nació el Quijote y se inspiró para componer algunas de sus novelas  cortas o "novella" ejemplares. 
Lo de la ejemplaridad, no sé si referido a que son moralmente ejemplares, o que son "ejemplares como novelas", dignas de ser imitadas. En cualquier caso ambas opiniones, a mi parecer, pueden complementarse y cumplir varias funciones como son las de enseñar, entretener y crear un género nuevo; como así lo deja entrever en el prólogo de la novela a la que hago referencia en esta entrada de hoy, y en la que su autor confirma textualmente: "yo soy el primero que he novelado en lengua castellana ... mi ingenio las engendró y las parió mi pluma...".  
Sea como fuere, una de éstas novelas cortas, quizá de las más populares, es la de Rinconete y Cortadillo. Singularizada por su ironía, su intencionalidad crítica y satírica de ciertos aspectos sociales, que aproximaría a la realidad histórica de la Sevilla entre 1590 y 1612. 
En ella Cervantes nos muestra la verdadera escuela de la calle, de la que aprendió. El gran escenario del que fue un gran observador y del que nos muestra una radiografía de  las costumbres de su época. Pero no es mi intención aquí y ahora comentar la novela en sí, puesto que muchos de vosotros la conocéis. Sino más bien centrarme en el "viacrucis" y los "espacios" de una ciudad que fue puerta del comercio con el nuevo mundo; la gran "Babilonia de España" como se la conocía. Una ciudad que fue verdadero manantial de "enseñanzas" para todo aquel que buscara aventuras", como expresaba Cervantes en el Quijote. 
Es evidente que la vida de la ciudad  dejó huella en Cervantes y como tal,  sus calles, plazas y rincones, fueron escogidos como escenarios reales en los que situó a  personajes ficticios. Así pues, ladronzuelos, vagabundos y aventureros, desalmados, pillos y delincuentes: el hampa sevillano, convivieron en fuerte contraste con el mundo de la aristocracia, la clerecía, los banqueros y los magnates sociales de la Sevilla entre los siglos XVI y XVII, que fueron los protagonistas imaginarios en un escenario real.
Y es aquí donde empieza el reportaje gráfico y el recorrido por aquellos lugares, cuatrocientos años después.

1.- No quiero acercarme al periplo aventurero, sin antes mostrar, la placa conmemorativa  del lugar donde Miguel de Cervantes  se hospedó durante algún tiempo. Se trataba de la posada que pertenecía a su amigo Tomás Gutiérrez. Hoy  día, en el mismo lugar, Avda. de la Constitución, hay un edificio ocupado por las oficinas del Instituto Andaluz  de Salud. 


F. Ardilla
F. Ardilla
2.- Diego Cortado y Pedro Rincón, asociados en la golfería, emprenden viaje hacia Sevilla. La entrada en esta ciudad  comienza por uno de los accesos históricos conocido como "Postigo del Carbón",  junto a las Atarazanas. Allí se edificó una aduana acabada en 1587. Y ahí sitúa Cervantes la historia y el fragmento que dice lo siguiente: "a la entrada de la ciudad, que fue a la oración, y por la puerta de la Aduana..."


F. Ardilla
Esta es la placa que hace alusión a la puerta de la Aduana. El antiguo edificio donde estaba situado el mosaico fue derribado en 1940. Hoy está situada en el nº 5 de la  C/ Nuñez de Balboa, junto a los jardines y Hospital de la Caridad. En dichos jardines se encuentra la escultura a D. Miguel de Mañara. Os dejo una muestra del entorno actual.

             

                                                                               
F. Ardilla
F. Ardilla
3.- Otro lugar histórico mencionado en la novela cervantina es el Arenal. Se trataba de una extensión de tierra entre la muralla de Sevilla y el Guadalquivir, que se inundaba con frecuencia y a donde se accedía por la citada puerta. Allí había un mercadillo "baratillo", en el que se vendían objetos de procedencia dudosa. Ahí, en la que es hoy C/ Adriano, se sitúa  la  escena donde los dos ladronzuelos vendieron algunas mercancías robadas."otro día vendieron las camisas en el malbaratillo que se hace fuera de la puerta del Arenal..." 

F. Ardilla


             






4.- La siguiente parada la hacemos en la famosa Plaza del Salvador y sus aledaños, considerado como el centro económico de la ciudad de entonces. También conocida como Plaza de"Jesús de  la Pasión". La novela cuenta cómo los dos amigos se estrenaron como porteadores de mercancías. "graduados en el nuevo oficio... Avisóles su adalid "guía" de los puestos donde debían acudir: Por la mañanas a la Carnicería y a la plaza de San Salvador; los días de pescado a la pescadería... toda esta loción "lección" tomaron bien de memoria, y otro día bien de mañana se plantaron en la plaza de San Salvador..." Aquí os dejo  muestra de cada uno de aquellos lugares y episodios, plasmados en las correspondientes placas cervantinas.


F. Ardilla

















F. Ardilla

   

F. Ardilla
                                           


5.- Otro de los espacios citados en la novela son las gradas de la Catedral, hoy C/ Alemanes, "centro de reunión y mentidero" de la ciudad. En este lugar, se sitúa el episodio donde los dos muchachos, después de haber cometido otro de sus hurtos y ser observados por otro mozo, se les advierte de que allí no se puede robar por libre. "Cortado le siguió y le alcanzó en las gradas..." 

F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla
6.- Después de un breve recorrido sevillano preparatorio del aprendizaje social, cultural y moral, el ámbito de la novela se reduce a un único foco espacial; la casa de Monipodio. Este espacio reducido es una academia de la delincuencia, pero también es un espacio metafórico en el que se reproducen un grotesco y divertido cuadro de la delincuencia organizada en torno a la figura y jefe del hampa sevillana: el poderoso Monipodio y sus leyes. Este sería el encargado de dar las clases magistrales sobre el arte de robar. Sin el consentimiento de dicho "señor" no se podía ejercer el "oficio". La escena transcurre de camino hacia la casa de Monipodio diciendo: "muero por verme con el señor Monipodio de quien tentad virtudes se cuentan ... ya desde aquí se descubre su casa. Vuestras mercedes se queden a la puerta..." La susodicha casa estaba en la antigua C/ de la Cruz, hoy C/ Troya, haciendo esquina con la C/ Betis del emblemático barrio de Triana. 

F. Ardilla

F. Ardilla
F. Ardilla

F. Ardilla
7.- Es a partir de ahora cuando nuestros protagonistas comienzan sus aventuras dentro de la "cofradía hampona"; la "academia de la delincuencia"liderada por el maestro de la golfería, que asignará a cada uno de los rufianes los lugares estratégicos donde ejercerán sus "oficios" siempre vigilados. Y conforme a esta organización rigurosamente jerarquizada, vuelve a situar Cervantes a los protagonistas y a diversos sectores de la sociedad, en lugares representativos como "La Huerta del Rey"; ubicada en los aledaños de un "arrabal con historia",  hoy conocido como Barrio de San Bernardo,  dentro del cual, las calles  Huestes y Campamento aluden al espacio donde Fernando III y sus tropas se asentaron antes de conquistar la capital el 22 de Agosto de 1247. En este lugar situó Cervantes la siguiente escena: "esta mañana me sacó al campo, detrás de la Güerta del Rey..."

F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla
8.- Nos alejamos del barrio de San Bernardo y tomamos rumbo hacia donde se encontraba el antiguo matadero. Para ello debemos atravesar uno de los puentes más emblemáticos de la ciudad, construido por Juan Talavera Heredia en 1924. El puente se levantó para salvar las vías del ferrocarril, que dividían a la ciudad en dos. El puente se encuentra situado en la C/ Demetrio de los Rios y es también conocido como puente de San Bernardo o de los Bomberos. Al bajar el puente hallamos otra de las placas cervantinas donde se encontraba el Matadero y Puerta de la Carne.

F. Ardilla
A. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla
9.- El postigo del Alcázar, es también conocido como postigo de los Azacanes, de las Atarazanas o como postigo del Oro, aunque su nombre más conocido es el de "Postigo del Carbón" porque en sus aledaños se vendía este producto. Es de origen almorávide. Está situado en la confluencia de las C/ Santander y Temprado. Este lugar  será la zona elegida por Monipodio para que Rinconete y Cortadillo, cofrades noviciados, ejercieran sus habilidades como "florero"o  fullero y"bajón"o ratero: "todos se vayan a sus puestos... a Rinconete el bueno y a Cortadillo se les da como distrito... el postigo del Alcázar"

F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla

F. Ardilla
F. Ardilla
10.- Por último nos situamos en dos de los enclaves últimos mencionados y conmemorados en las placas cervantinas con referencia a las Novelas Ejemplares. La primera de éstas placas está situada en la actual C/ Joaquin Guichot y antigua C/ Tintores, cerca del ayuntamiento. Allí se encontraba una antigua posada y en aquel lugar, situó Cervantes el escenario perfecto para el siguiente pasaje: "También topé - dijo el viejo- en una casa de posadas, en la calle de Tintores..." 

F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla
El seguimiento de los rufianes cervantinos por esta ciudad concluye en dos de las plazas más  antiguas y emblemática de la capital; ambas  contiguas, en el corazón de Sevilla y donde estuvo emplazado el antiguo convento de San Francisco a la que una de éstas  debe su nombre. En ella y con el último de los mosaicos del "particular" recorrido os dejo. 

F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla
F. Ardilla

F. Ardilla
                                                         
 Para el triste y abatido Cervantes, la Reina del Guadalquivir "era amparo de pobres y refugio de deshechados", pero en aquél escenario encontró divertimento a sus penas y campo fértil para el estudio de la vida social sevillana. Vida, que se deja entrever en las páginas y escenas de algunas de sus Novelas Ejemplares, como Rinconete y Cortadillo.  

                                                                                                                   Ardilla





domingo, 27 de marzo de 2016

El Encuentro





Nunca entendí que fueras muerte...


Ardilla

  
  Ardilla

Ardilla   
                             
 Ardilla

Te buscaba en muchos lugares hasta que te "hallé como huésped de mi alma"... entonces, comprendí que eras cercano y patrimonio  de toda la humanidad, sin distinción de razas, credos o religiones. Habitas en todos los corazones del mundo y te diriges a nosotros con el único lenguaje que conoces.  El  Amor. 
                                                              ¡Feliz Pascua! 


                                                                                                                                                                Ardilla



miércoles, 16 de marzo de 2016

La Primavera

         
                                                     

Como cada año una experiencia incesante de la vida nos invita a compartir, a admirar, a entender y a interpretar lo sencillo. Hoy  os invito a que nos dejemos sorprender por el milagro que nos brinda  la naturaleza, con algo tan sencillo y bello como  es la primavera. Desde aquí os invito a disfrutar de un trocito de "ella" y puesto que su mensaje no necesita de palabras sino de "sentidos" pues también os invito a "resquebrajar" los sentidos, aunque sea por unos instantes, para dejarnos impregnar de lo sencillo. Démonos la oportunidad de aprender a mirar y a sentir de otra manera, aunque sea por instantes. Pero no dejemos pasar esos momentos que nos dan la oportunidad de contemplar lo bello de forma generosa y gratuita. Dejémonos "asombrar" por el misterio y la grandeza de la naturaleza y que nos transforme por  instantes en elementos vivificadores. 


Desde este pequeño rincón y en homenaje a todos los que de una manera u otra estáis ahí...

"Menudos pensamientos míos, ¡con qué rumor de hojas suspiráis vuestra alegría en mi imaginación!  
                                                                                                                                                              Tagore


Ardilla
Ardilla
                                                                              
Ardilla


   "Fruto ¿estás muy lejos de mí? Estoy en tu corazón flor"  (Tagore)
                                                                                        
Ardilla
Ardilla
Ardilla
"La flor niña, abriendo su capullo exclama: ¡Mundo de mi corazón, no te marchites nunca!  (Tagore)

Ardilla
Ardilla
Ardilla
Ardilla                                                                    
Ardilla
Ardilla
"La hoja cuando ama, se hace flor. La flor se hace fruto cuando adora"               (Tagore)



Ardilla
Ardilla


Ardilla
"La nube esperaba humildemente en un rincón del cielo, y la mañana la coronó de esplendor"              (Tagore)

Ardilla
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Ardilla 
Ardilla

Ardilla

Ardilla
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Ardilla
Ardilla
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Ardilla 
Ardilla









sábado, 27 de febrero de 2016

¡Que suerte he tenido de nacer!






Qué suerte he tenido de nacer, para estrechar la mano de un amigo y poder asistir como testigo, al milagro de cada amanecer.




 Qué suerte he tenido de nacer, para tener la opción de la balanza, sopesar la   derrota y la esperanza, con la gloria y el miedo de caer.




Qué suerte he tenido de nacer, para entender que el honesto y el perverso, son dueños por igual del universo, aunque tengan
 distinto parecer.




Qué suerte he tenido de nacer, para callar cuando habla el que más sabe, aprender a escuchar, ésa es clave,    si se tiene intenciones
                                                de saber.    


                         
    
                                        Que suerte he tenido de nacer
                          y lo digo... sin falsos triunfalismos
                          la victoria total ... la de mí mismo
                          se concreta en el ser y en el no ser
                            


       

                                             
                                                Qué suerte he tenido de nacer,
          para cantarle a la gente y a la rosa  
             y al perro y al amor y a cualquier cosa
     que pueda el sentimiento recoger.



      Qué suerte he tenido de nacer,    
   para tener acceso a la fortuna      
      de ser río en lugar de ser laguna,
 de ser lluvia en lugar de ver
llover.


    Qué suerte he tenido de nacer, 
para comer a conciencia la manzana, 
sin el miedo ancestral a la sotana
o a la venganza final de lucifer.
                      

                                                                          

                                                   Pero sé, bien que sé...                      
                        que algún día también me moriré.
                       Si ahora vivo contento con mi suerte,
                       sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte, 
                       cuál será en la agonía mi balance... 
                       no lo sé, nunca estuve en ese trance. 


     
                                   Pero sé, bien que sé...                                   
                           que en mi viaje final escucharé    
                          el ambiguo tañir de las campanas                                                 
                         saludando mi adiós, y otra mañana
                         y otra voz, como yo, con otro acento,
                         cantará a los cuatro vientos....




                          ¡Qué suerte he tenido de nacer!.    
                                                        
                                                                             A. Cortez


         

martes, 9 de febrero de 2016

Aprenderás

                                                        


Quiero compartir esta reflexión de William Shakespeare, con aquellas personas que todavía son conscientes de que hay que seguir "aprendiendo y creciendo en sabiduría" si de verdad queremos  ser mejores.  Os dejo la audición y el texto.  ¡Disfrutad! 
                                                                         




Después de algún tiempo, aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma. Y aprenderás, que amar no significa apoyarse y que compañía no siempre significa seguridad. 
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos ni promesas. Comenzarás a aceptar tus derrotas, con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto. Y aprenderás a construir hoy, todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para tus proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío. 
Después de un tiempo, aprenderás que el sol quema si te expones demasiado. Aceptarás incluso, que las personas buenas podrían herirte alguna vez,  y necesitarás perdonarlas.
Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma. Descubrirás que lleva años construir confianza, y apenas unos segundos destruirla. Y que tú también podrás hacer cosas, de las que te arrepentirás el resto de tu vida.
Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida. Y que los buenos amigos, son la familia que nos permiten elegir.
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian. Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo, haciendo cualquier cosa, o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía. 
Descubrirás que muchas veces, tomas a la ligera a las personas que más te importan, y por eso siempre debemos decir a esas personas, "que las amamos", porque nunca estaremos seguros de saber cuándo será la última vez que la veamos.
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea, tienen influencia sobre nosotros, pero que nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.
Descubrirás que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.
Aprenderás que no importa a dónde llegaste, sino a dónde te diriges, y si no lo sabes... cualquier lugar sirve.
Aprenderás, que si no controlas tus actos, ellos te controlan. Y que ser flexible, no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación, siempre existen dos lados...
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias.
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayude a levantarte. Madurar tiene mas que ver con lo que has aprendido de la experiencia, que con los años vividos.
Aprenderás que hay mucho más de tus padres en tí de lo que supones.
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño, que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese, porque le estarás quitando la esperanza.
Aprenderás que cuando sientas rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso, no te da derecho a ser cruel.
Descubrirás, que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero no saben cómo demostrarlo. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces, tendrás que aprender a perdonarte a tí mismo.
Aprenderás, que con la misma severidad con la que juzgas, también serás juzgado, y en algunas momentos... condenado.
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió. El mundo no se detiene para que lo arregles. 
Aprenderás que el tiempo no es algo que puedas volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces, y sólo entonces, sabrás realmente lo que eres capaz de soportar. Que eres fuerte y que puedes ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías,  que no se podía más. 
Es que realmente la vida vale, cuando tienes el valor de enfrentarla.

                                                                                                                                  William Shakespeare

jueves, 4 de febrero de 2016

El valioso tiempo de los maduros

                                  
                                 "The valuable time of the mature"



Se llega a un momento en nuestras vidas, en la que decidimos qué es lo esencial y nos enriquece,  qué es superfluo y tóxico y no merece la pena... 


Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante del que viví hasta ahora. 
Ya no tengo tiempo para razones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas, que a pesar de su edad cronológica, no han crecido. 
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.


No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados. Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus capacidades, talentos y logros.
Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo. Mi tiempo es escaso para discutir títulos.
Quiero la esencia.   ¡Mi alma tiene prisa!. 


Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana. Que sepa reír de sus errores, que no se envanezca con sus triunfos, que no se considere electa, antes de tiempo, que no huya de sus responsabilidades. 

Que defienda la dignidad de los marginados y que desee tan solo andar en paz, caminar junto a cosas y personas de verdad.


Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena. Por eso quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas. Gente a quien los golpes duros de la vida, les enseñó a crecer con toques suaves en el alma.

Si... tengo prisa por vivir con la intensidad que solo la madurez puede dar. Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz conmigo mismo.                      
                                                                                 
                                                                                   "Mario de Andrade"