The wine
Ardilla |
Ardilla
Sí Señor, Sí Señor
El vino puede sacar cosas que el hombre se calla,
que deberían salir cuando el hombre bebe agua.
que deberían salir cuando el hombre bebe agua.
Va buscando pecho adentro por los silencios del alma
y les va poniendo voces y los va haciendo palabras.
A veces saca una pena,
que por su pena es amarga,
sobre su palco de fuego la pone a bailar descalza.
sobre su palco de fuego la pone a bailar descalza.
Baila y bailando se
crece, hasta que el vino se acaba.
Y entonces vuelve la pena
a ser silencio del alma.
Si Señor, el vino puede
sacar cosas que el hombre se calla.
Cosas que queman por
dentro, cosas que pudren el alma,
de los que bajan los
ojos, de los que “esconden” la cara.
El vino entonces libera
la valentía encerrada,
y los disfraza de machos, como por arte de magia.
Y entonces son bravucones, hasta que el vino se acaba,
pues del matón al cobarde, sólo media la resaca.
Sí Señor, el vino puede
sacar cosas que el hombre se calla.
Cambia el prisma de las
cosas cuando más les hace falta,
a los que llevan sus
culpas como una cruz a la espalda.
La impura se piensa pura, como cuando era muchacha,
y el "astado" regatea la
medida de su drama.
Y todo tiene colores de castidad simulada
pues siempre acaban el
vino y los dos; en la misma cama.
Sí Señor, el vino puede
sacar cosas que el hombre se calla.
Pero…¡que lindo es el
vino! El que se bebe en la casa
Del que está limpio por
dentro y tiene, y tiene… brillando el alma.
Que nunca le tiembla el
pulso, cuando pulsa una guitarra,
Que no le falta un amigo ni noches para gastarlas.
Que cuando tiene un
pecado, siempre se nota en su cara.
Que “bebe” el vino por
vino, y “bebe” el agua por agua.
“A. Cortez”