Oportunidades
de cruzarnos en nuestra senda con rostros, identidades y realidades a los que
yo llamo, verdaderos “héroes y resilientes”.
El honor
de haber compartido con ellos las inquietudes, los momentos de angustia, la
fortaleza ante la adversidad, pero también, su buen humor y sobre todo la
amistad.
Tomando
sus vidas como ejemplos, y desde este espacio, pequeña ventana abierta al
mundo; quiero alabar sus desmedidas y extraordinarias hazañas. Sí, a todos los que como Tere,
Avelina, Carmen, Isabel; Lola, Pilar; Pepe, Fernando, Pedro, Luis... fuisteis arrastrados a las profundidades
más oscuras de la vida y golpeados con fuerza por la enfermedad, la violencia,
la humillación; el abandono, la soledad, los abusos o la muerte.
A
vosotros mis héroes; mendigos y señores a la vez, que supisteis caer,
aun sin saber bien dónde estabais y cómo levantaros. A pesar de vuestro dolor y
vuestras heridas, os elevasteis y no os dejasteis arrastrar o morir.
Vuestra
sabiduría ha podido con vuestras incertidumbres y vuestros miedos. En vuestras
luchas, habéis ganado muchas batallas a la vida. Vuestro deseo de supremacía no
era el de mando, posesión o dominio. Vuestro anhelo era el de transitar por
caminos diferentes, buscando otras salidas para afrontar la adversidad extrema
y seguir avanzando con gallardia. Sois mis héroes y mis resilientes; los
que actuáis en silencio. Los que aceptáis la vida con coraje, confianza y
humildad; con la esperanza de que estos momentos pasarán y entonces vuestro
futuro no será lo que va a pasar, si no lo que vais a hacer.
Habéis
sido fuertes y respetuosos con vuestro pasado. A pesar de las dificultades, os habéis mantenido firmes y alertas en el presente; salvando barreras sociales y personales.
Habéis
sabido superar límites, rebasar expectativas y cruzar horizontes trazando nuevos
caminos. Descubristeis nuevas rutas realizando lo imposible, mientras lo posible
no sucedía. Despreciasteis lo grande, lo importante y lo notable. Poseéis la
fuerza interior y aun así os quedáis con
lo sencillo, porque sabéis bien, queridos amigos, que pase lo que pase, vuestro
valor es inherente a vuestra esencia.
Vuestra
generosidad y entrega me han enseñado a vivir de verdad. ¡Gracias! mis héroes,
paladines, protagonistas y resilientes. ¡Gracias por estar ahí!.