domingo, 23 de octubre de 2016

Un mundo mejor


                                                       


"La esperanza revela un nacimiento incompleto de una realidad inadecuada y hostil"
                                                                                               M. Zambrano


Toda cultura en su madurez y armonía tiene su crisis... si tienen sus crisis por perfecto que sea su orden y por fielmente que haya sido creído, no podrá ser ajeno a la esperanza que hemos descubierto como la última sustancia de nuestra vida. Agonía de la esperanza que siempre sabe lo que pide. A veces no sabemos qué es lo que clama por realizarse en nosotros: "Por qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu clama por nosotros con gemidos indecibles" decía S. Pablo.
No lo sabemos, no sabemos qué es lo que clama por realizarse. Mas como no lo sabemos... la vida entonces se transforma en un enigma monstruos del que hay abundantes símbolos y realidades. La esperanza no encuentra su camino, y se resuelve destruyendo, aniquilando...



Cuando vacila la esperanza y se detiene, cuando se encrespa y confunde, estamos en una crisis que dura mientras la esperanza anda errante, mientras los hombres no se entienden entre sí acerca de aquello que esperan, y entonces tampoco se entienden consigo mismos. 



Más, ¿por qué vacila la esperanza? ¿O acaso es que en los momentos de crisis ha huido o ha disminuido? La ardiente desesperación más bien demuestra lo contrario; más bien diríamos que hay un ensanchamiento de la esperanza, o una esperanza nueva que envuelta y confundida, tímidamente aflora.


Una esperanza nueva, una fase nueva de nuestras esperanzas, que puede aparecer confundida con el delirio, con la insensatez, con el absurdo.

       

Son los momentos en que la esperanza cobra mayor anchura, y sin embargo, no tiene donde fijarse. Momentos de creencias sin credo, de fe desasida y esperanza errante. El hombre es en ellos más que nunca un ser sin asilo, un "refugiado errabundo".


Están en crisis la esperanza y la objetividad; también la Filosofía y la Religión. Porque ambas se venían disputando la realización de las esperanzas humanas. La Filosofía ha sido tradicionalmente razón, el intento de hacer el "mundo habitable", rebajando de las esperanzas humanas su delirio, para lograr en cambio aquello que es posible: "la posibilidad". La filosofía es y ha sido, más que nada "entrar en razón".
Por su parte la religión ha sido la tradicional depositaria de las esperanzas humanas, de las más imprescindibles, es decir, de las más verdaderas y entrañables. Pero así como hay filosofías que han querido realizar por la razón el delirio, también hay religiones que han tomado a su cargo desengañar al hombre, imbuirle resignación, adormirle en su desesperación. Ambas no se distinguen del todo por ser una depositaria de la esperanza y la otra su amargo despertar. 


Pero muchas esperanzas, las más entrañables y verdaderas parecen haber quedado al margen de muchas filosofías y religiones.
La historia de la criatura humana, partiendo del horror del nacimiento es una lucha entre el "desengaño y la esperanza", entre realidades "posibles" y "ensueños" imposibles, entre medida y delirio. Pero a veces es la razón la que delira...


Cuando se llega a la embriaguez del delirio se hace necesario despertar, volver a despertar. El despertar es "entrar en realidad"; tal vez sea el momento de hacer memoria y reconocer por qué el mundo está así, de hacer historia y recoger de las tribulaciones  una experiencia que haga renacer la esperanza hacia un mundo mejor... 




Las imágenes han sido tomadas de Internet. 
Texto: M. Zambrano, "Hacia un saber sobre el alma" 2002
















lunes, 1 de agosto de 2016

Gente

                                                              

   

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y lo hace. La gente que cultiva sus sueños, hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.

Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga los cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de Dios.

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que tiene sentido de la justicia... a estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mantiene bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que no deja de ser aniñada. Me gusta la gente que con su energía contagia. 

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. La gente que lucha contra las adversidades. Me gusta la gente que busca soluciones.

Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes por no un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen. Me gusta la gente que tiene personalidad. 

Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio, son cosas fundamentales para llamarse...Gente.
Con gente como esa me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuído.  
                                                                                                            "Mario Benedetti"
                                                                                                  (fotos Internet)



"Gente que nos enseñen a mirar con otros ojos"   ¡Feliz Verano amigos!
       









                          

                                                                









martes, 26 de julio de 2016

Dentro de mi

                                                     

En nuestras vidas, decía Albert Camus, hay muchas posibilidades deseando abrirse camino, sólo necesitamos una chispa de ilusión y de entusiasmo para hacerlas realidad.


F. Ardilla
En medio del odio descubrí, que había dentro de mí, un amor invencible.
En medio de lágrimas descubrí, que había dentro de mí, una sonrisa invencible.
En medio del caos descubrí, que había dentro de mí, una calma invencible.
Me di cuenta, a pesar de todo eso.
En medio del invierno descubrí, que había dentro de mí, un verano invencible.
Y eso me hace feliz, porque esto dice que no importa lo duro que el mundo empuja contra mí. Dentro de mí hay algo más fuerte, algo mejor empujando de vuelta.

                                                                     "Albert Camus"
                                                                                             

En nuestro interior hay un ser invencible capaz de generar entusiasmo. ¡Conócelo! y te conocerás a ti.




martes, 12 de julio de 2016

Desde el balcón de al- Andalus


"Las aldeas de Andalucía aparecen en medio de la verdura de los vergeles como perlas blancas engastadas en medio de esmeraldas".                                                                  "Ibn al Hammâra"

Aquellos que habéis viajado un poquito, incluso no muy lejos del  entorno, seguro que habéis observado y percibido el rastro de la actividad conquistadora,  defensiva y social que el hombre ha dejado tras de sí. 
Con la invasión musulmana -711- la Península Ibérica quedó dividida en dos partes, con algún que otro cambio en sus límites geográficos y con dos modelos de sociedad bien diferenciadas: Por un lado el norte peninsular con sus correspondientes reinos cristianos y por otro  al-Ándalus cuyo momento de mayor resplandor se alcanzó con el Califato de Córdoba hasta que en 1031, al- Ándalus, debido a disputas internas del Califato, fue debilitándose y fragmentadose en los conocidos reinos de Taifas. A partir de entonces se inició un periodo de "reconquista cristiana" sobre territorios que en algunos casos  llevan por apellido "frontera".  
La superioridad de aquella cultura se dejó sentir no sólo en los territorios conquistados, sino en otros muchos ámbitos como por ejemplo el mundo de la cultura, la ciencia y las creaciones artísticas, cuya belleza admiramos.
Sobre aquel legado perduran a través de los siglos como testigos silentes algunos de los pueblos que hoy os muestro. Sus calles y sus piedras, sin jactarse de su valía y obrar, guardan huellas de una cultura instalada en unos espacios que impregnan gran parte del territorio andaluz. Trazados urbanísticos, sus estrechas y laberínticas calles, viviendas, puentes, tejas, son algunos de los elementos que conforman estos paisajes blancos. Son entornos de gran belleza. Pueblos edificados por el hombre como colgaduras de algodón sobre cumbres y laderas al capricho y acomodo del medio natural. 
Quizá sea una mirada muy personal y subjetiva lo que intento transmitir, pero siento gran emoción al contemplar los lugares que formaron parte de un legado tan importante.
 Mi intención no es ofrecer una clase de historia que para eso ya están los libros.  Lo que pretendo es pasar un ratito virtual lúdico y festivo por alguno de los pueblos que fueron testigos de la historia del al-Andalus.

Empezamos nuestro paseo por Setenil de las Bodegas, puerta importante de entrada hacia el reino de Granada. Fue sitiada hasta siete veces antes de ser reconquistada en 1484. De ahí su nombre "Septem nihil". 
















 

 
















































           

Paseando por Olvera, conocida también como Al-Berr, Olivera, Wubira o Uriwila. Reconquistada en 1327 por Alfonso XI.





































Paseando por Arcos de la Frontera o Arkos. Reconquistada por Alfonso X entre 1255 y 1264.







 

























Fotos Ardilla

Hasta aquí nuestro paseo por algunas de las perlas blancas de al-Andalus.      

  (Texto y fotos Ardilla)