miércoles, 22 de diciembre de 2021

Forjadores de Libertad

 La cultura como regalo

Conocer la validez excesiva y prematura al sistema competitivo y a la especialización en beneficio de la utilidad, aparta al espíritu de la vida cultural, y aniquila el germen del que depende de la ciencia especializada.

Para que se desarrolle una educación válida es necesario que se ejerza el "pensamiento crítico e independiente de los jóvenes, un perfeccionamiento puesto en peligro continuo por el exceso de materias.

Este exceso conduce necesariamente a la superficialidad y a la falta de cultura verdadera. La enseñanza debe ser tal que pueda recibirse como el más preciado regalo y no como un amargo deber.

                                                                                                        Albert Einstein 

lunes, 4 de enero de 2021

Educación para una independencia en el pensar

Decía Albert Einstein "que no es bastante enseñar a los hombres una especialidad.  Con ello se convierten en algo así como máquinas pensantes pero no en individuos válidos. Para ser un individuo válido debe sentir con pasión aquello a lo que puede aspirar. Tiene que ser receptor de un sentimiento vivo de lo bello y de lo moralmente bueno. En caso contrario se asemejará más a un perro bien adiestrado que a un ser armónicamente desarrollado. Debe aprender a comprender las motivaciones, ilusiones y penas de la gente para adquirir una actitud recta respecto a los individuos y a la sociedad. 
Estas cosas tan preciosas las consigue el contacto personal entre la generación joven y los que enseñan, y no (al menos en lo fundamental) los libros de texto. Esto es lo que representa la cultura ante todo. Esto es lo que tengo presente cuando recomiendo Humanidades y no un árido conocimiento de la ciencia"

                                                                                        "El Mundo como yo lo veo"


"Feliz año a todos" No olvidéis que tenemos 365 días para crear y vivir nuestras nuevas historias, 365 oportunidades para mejorar.

PD: Los comentarios que hago en vuestros respectivos blog no salen publicados, todavía no sé el motivo. Lo siento pero he escrito varias veces sin éxito. 

Abrazos para todos y Gracias por estar ahí. 


martes, 13 de octubre de 2020

Palabras para Julia

Carta de un padre a su hija



Tú no puedes volver atrás 

porque la vida ya te empuja 

con un aullido interminable.

Hija mía, es mejor vivir 

con la alegría de los hombres

que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada, 

te sentirás perdida o sola

tal vez, querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán

 que la vida no tiene objeto

que es un asunto desgraciado.

Entonces, siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás

como a pesar de los pesares,

tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer

así tomados, de uno en uno

son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti,

cuando te escribo estas palabras

pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás,

tu futuro en tu propia vida

tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas

que les ayude tu alegría, 

tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate 

de lo que  un día yo escribí 

pensando en ti

como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes

junto al camino, nunca digas

no puedo más y aquí  me quedo.

La vida es bella tú verás,

como a pesar de los pesares

tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección

y este mundo tal como es,

será todo tu patrimonio.

Perdóname, no sé decirte

nada más, pero tú comprende

que yo aún estoy en el camino.

Y siempre, siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti como ahora pienso. 


"J. Agustín Goytisolo"





 


sábado, 20 de junio de 2020

Hay un día Feliz


El pasado, el presente, el futuro. La vida es un acontecer de experiencias llena de

recuerdos que de vez en cuando, afloran a nuestra memoria. 


                       


                                                                           UN DIA FELIZ

A recorrer me dediqué esta tarde
las solitarias calles de mi aldea,
acompañado por el buen crepúsculo
que es el único amigo que me queda.
Todo está como entonces, el otoño
y su difusa lámpara de niebla,
sólo que el tiempo lo ha invadido todo,
con su pálido manto de tristeza.
Nunca pensé, creédmelo, un instante
volver a ver esta querida tierra,
pero ahora que he vuelto no comprendo
cómo pude alejarme de su puerta.
Nada ha cambiado, ni sus casas blancas
ni sus viejos portones de madera.
Todo está en su lugar; las golondrinas
en la torre más alta de la iglesia;
el caracol en el jardín, y el musgo
en las húmedas manos de las piedras.
No se puede dudar, éste es el reino
del cielo azul y de las hojas secas,
en donde todo y cada cosa tiene
su singular y plácida leyenda,
 hasta en la propia sombra reconozco
la mirada celeste de mi abuela.
Estos fueron los hechos memorables
que presenció mi juventud primera,
el correo en la esquina de la plaza
y la humedad en las murallas viejas.
¡Buena cosa, Dios mío! nunca sabe
uno apreciar la dicha verdadera,
cuando la imaginamos más lejana
es justamente cuando está más cerca.
Ay de mí, ¡ay de mí!, algo me dice
que la vida no es más que una quimera;
una ilusión, un sueño sin orillas,
una pequeña nube pasajera.
....................
A estas alturas siento que me envuelve
el delicado olor de las violetas
que mi amorosa madre cultivaba
para curar la tos y la tristeza.
Cuánto tiempo ha pasado desde entonces
no podría decirlo con certeza.
Todo está igual, seguramente,
el vino y el ruiseñor encima de la mesa,
mis hermanos menores a esta hora
deben venir de vuelta de la escuela:
¡sólo que el tiempo lo ha borrado todo
como una blanca tempestad de arena!



"Poemas y Antipoemas"
Autor: Nicanor Parra
Narrador: Pepe Mediavilla

sábado, 13 de junio de 2020

Llamadme por mis verdaderos nombres




Foto Ardilla

                              Entrañables versos que muestran la luz y la oscuridad  del Ser. 


No digáis que partiré mañana, pues aún estoy llegando.
Mirad profundamente; estoy llegando a cada instante,
para ser brote de primavera en una rama,
para ser pajarito de alas aún frágiles, 
que aprendo a cantar en mi nuevo nido,
para ser mariposa en el corazón de una flor, 
para ser joya oculta en una piedra.
Aún estoy llegando para reír y para llorar,
para temer y para esperar.
El ritmo de mi corazón es el nacimiento y la muerte
de todo lo que vive.
Soy un insecto que se metamorfosea en la superficie del río.
Y soy el pájaro que se precipita para tragarlo.
Soy una rana que nada feliz en las aguas claras del estanque.
Y soy la serpiente acuática que sigilosamente se alimenta de la rana.
Soy el niño de Uganda, todo piel y huesos,
 mis piernas tan delgadas como cañas de bambú.
Y soy el comerciante de armas, 
que vende armas letales a Uganda.
Soy la niña de doce años, refugiada en una pequeña embarcación,
que se arroja al océano, tras haber sido violada por un pirata. 
Y soy el pirata, cuyo corazón es aún incapaz de ver y amar.
Soy un miembro del Politburó
con todo el poder en mis manos.
Y soy el hombre que ha pagado 
su "deuda de sangre" a mi pueblo
muriendo lentamente en un campo de concentración.
Mi alegría es como la primavera, tan cálida, 
que hace florecer las flores de la Tierra entera.
Mi dolor es como un río de lágrimas,
tan vasto que llena los cuatro océanos.
Llamadme por mis verdaderos nombres, os lo ruego,
para poder despertar
y que la puerta de mi corazón pueda quedar abierta,
la puerta de la compasión. 


"Thich Nhat Hanh"

viernes, 29 de mayo de 2020

Lazos vivos


Conmovedor cuadro con el que el pintor jerezano, Juan Lucena, ha querido homenajear a las víctimas del Coronavirus.


               

Las relaciones para ser genuinas necesita lazos vivos, lazos reales, lazos físicos. Hoy día las relaciones humanas se están transformando en un "artículo de lujo" y por más que nos empeñemos jamás podrán ser sustituidas por relaciones virtuales. 

domingo, 10 de mayo de 2020

Recuerda




"Recuerda que de la conducta de cada uno depende el destino de todos"
Alejandro Magno


"No hay nada imposible para aquel que lo intenta"
                                                                                                          Alejandro Magno


                                                       "Para mí he dejado lo mejor: la esperanza"
                                                                                                       Alejandro Magno

jueves, 30 de abril de 2020

A Tientas



                                


Se retrocede con seguridad
pero se avanza a Tientas.
Uno, adelanta manos como un ciego,
ciego imprudente por añadidura,
pero lo absurdo es que no es ciego.
Y distingue el relámpago, la lluvia,
los rostros insepultos, la ceniza,
la sonrisa del necio. Las afrentas,
un barrunto de pena en el espejo.
La baranda oxidada con sus pájaros,
la opaca incertidumbre de los otros,
enfrentada a la propia incertidumbre.
Se avanza a tientas, lentamente
por lo común a contramano,
de los convictos y confesos,
en la búsqueda tal vez,
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa,
o iluminen un pozo de nostalgias.
Se avanza a tientas, vacilante,
no importan la distancia ni el horario,
ni que el futuro sea una vislumbre,
o una pasión deshabitada.
A tientas hasta que una noche,
se queda uno sin cómplices ni tacto,
y a ciegas otra vez y para siempre,
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.

Poema: Mario Benedetti
Narrador Pepe Mediavilla

lunes, 20 de abril de 2020

Sueños desde el balcón

 Mi delirio comenzó en aquel balcón, cuando contemplaba la naturaleza y su misterio.  

Fotos Ardilla
























Yo estaba atenta mientras observaba, escuchaba, 
admiraba e intentaba comprender. 
¡Ir más allá! 
Mas, no era posible, me dije a mi misma. 
La belleza, no estaba hecha para mentes que sólo conocían medidas.

Texto y fotos Ardilla.







jueves, 9 de abril de 2020

Nada será igual



Y aunque esto también pasará, ya nada será igual  "cuando la tormenta pase"...



Foto Ardilla



Cuando la tormenta pase
y se amansen los caminos,
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.
Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.
Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.
Y no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Y no tendremos desidia
Seremos más compasivos.
Valdrá más lo que es de todos,
que lo jamás conseguido.
Seremos más generosos,
y mucho más comprometidos.
Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos.
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.
Extrañaremos al viejo
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.
Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.
Y todo será un milagro
y todo será un legado.
Y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.
Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos devuelvas mejores,
como nos habías soñado.
Texto "Mario Benedetti"


viernes, 20 de marzo de 2020

La crisis y el ahora


                                              Foto ardilla                                  

El mundo entero se ha parado. El presente y el futuro se deshacen ante la inestable y gigantesca estructura social. La ausencia de prisas y ruidos me provocan inquietud. Ahora la inquietud reposa sobra la incertidumbre y la crisis muestra sus entrañas a la humanidad. Ahora nada parece tan poderoso. La vida, tan llena de certezas se ha detenido dejando entrever su vulnerabilidad. Ya nada fluye al ritmo acelerado de cuando todo parecía estable aun siendo pasajero y efímero. Todo parece perdido, sin referencia ni asideros a los que agarrarse. Ahora estamos desnudos y el hombre se avergüenza de su desnudez, se siente desamparado y solo. La humanidad tiene miedo a la crisis sin pensar que puede ser una oportunidad para emprender un camino diferente. 
Ante este inquietante cambio mi realidad ahora es la espera. Ahora tengo tiempo y lo aprovecho para cerrar mis ojos porque todo en mi es calma. En el valioso momento presente, me veo como en un sueño en el que no me queda nada. Por momentos siento que me han robado la vida, me siento prisionera  y quiero recuperar la libertad porque mi vida tiene sentido. Es entonces cuando empiezo a contar con el nuevo ahora, y trazo un camino de silencio lleno de esperanza que me hace ver la luz y el regalo de la naturaleza.  El cambio me alerta y la vida me responde con la valiosa y hermosa primavera, maestra armoniosa de fragancias y colores; algo nuevo comienza!.. 
Lloro por lo que fluye, levanto la vista y agradezco que hay una puerta abierta, un nuevo camino por descubrir. Me siento fuerte para resistir el nuevo ahora.  
                                                                                                            Ardilla
                                                                                                       




lunes, 17 de febrero de 2020

El olvido del tiempo


                                       
Foto Ardilla

La naturaleza entera se va transformando. 
Silenciosos son los caminos, que a veces olvidados, no se resisten al susurro de los vientos, ni a los contrastes de luces y olores. 
Hoy, mientras aguardo la adelantada primavera,
tú, naturaleza, me brindas un camino entre la espesura y la claridad mecida con suave brisa.  Brisa que me acompaña abriendo mis sentidos. Camino en silencio mientras me olvido del tiempo. Defiendo mi soledad. Viajo a mi interior mientras en el sendero me afloran las emociones. Mi alma está serena y encuentro una vez más la paz. Atrás voy dejando lo viejo y caduco. Me preparo para abandonar el letargo invernal en el que todo es frío y reposa. La espera, la pausa, una vez más estoy en manos del tiempo y lo dejo fluir. Yo estoy en su presente, abrazo lo que tengo desde lo que soy.  
En mi aquí y ahora vuelvo a florecer.
                                                                  "Ardilla"

martes, 19 de marzo de 2019

¡Ojo con el miedo!


                               "El día que yo nací mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo"
                                           
                                                                        (T. Hobbes)

El miedo es necesario en la vida porque nos sirve para ser previsores y anticiparnos - de forma razonable- ante posibles situaciones de peligro.  Cuando el  peligro es "real" es lógico que nuestra mente active los mecanismos de defensa justificados. Pero ¡ojo con el miedo! porque todos no son iguales. 
Uno de los retos de la humanidad es el afán para liberarse del miedo. A lo largo de la historia  el miedo -en manos de alguien- ha vencido con estrategias a individuos y sociedades. Imponerse a los demás y aterrorizarlos ha formado parte de la condición humana. Ningún animal ha utilizado tanto el miedo con fines represores y destructivos como lo ha hecho el hombre con sus semejantes.
               

Sam Jinkns

El miedo  es capaz de derrotar los sueños, las ilusiones dando paso a la angustia, la ansiedad, la intranquilidad y zozobra. ¿Quién no ha querido sobreponerse al "temor"  que le produce el misterio de la muerte?  Hasta cierto punto el miedo a la muerte es normal. Miedo a la muerte o miedo al "sufrimiento" que padecemos  cuando pensamos en el desenlace final de la vida, hacen que ciertos mecanismos fisiológicos y psicológicos se activen y nos lleven a buscar cobijo en los demás. Séneca tenía una receta para liberarse del miedo que decía: " Desprecia la muerte y todo lo que conduce a la muerte, será objeto de desprecio"  "Quien tema a la muerte, nunca se comportará como un ser vivo".  



Sam Jinkns

Hay miedos reales y otros infundados. Éstos últimos  actúan como simples espejismos creados por la mente, y actúan como un molesto huésped que se ha colado en la vida del que lo siente. La persona que siente este tipo de miedo se ve amenazado  por todo aquello que le rodea y vive siempre angustiado y a la defensiva por miedo a los semejantes. Como decía Sartre " El infierno son los otros". Demasiado análisis de las cosas llevan a la parálisis y el desgaste creyendo que el universo es hostil y todo lo que rodea al mundo es negativo. Sin embargo, sólo es la interpretación interna que se  hace de lo que realmente es. Luego la realidad está distorsionada y produce un miedo patológico. Como decía Epícteto: " No nos hacen sufrir las cosas, sino las ideas que tenemos acerca de las cosas" 

Otro tipo de miedos, son aquellos que se han utilizado para acallar y amedrentar a las masas. De ello saben mucho todos aquellos que lo han fomentado y utilizado convirtiéndolo en terror a lo largo de la historia. La política y sus dirigentes son expertos en utilizar éste instrumento controlador de masas. Las religiones han utilizado el miedo para un adoctrinamiento  moral. Con ello, han fomentado el castigo, la culpa o la condenación eterna. Quien ha suscitado miedos, se ha apropiado de las voluntades de las víctimas, inhibiendo y dirigiendo sus conductas. Pero una cosa es el miedo y la emoción que conlleva y otra cosa es la cobardía. Al igual que existe el miedo también existe la valentía para superar una realidad que habita en la mente. Como decía nuestro Quijote: " El miedo que tienes te hace, Sancho, que ni veas ni oigas a derechas; porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos". 

 El mundo no es sólo un lugar de amenazas sino también de esperanzas. No dejes que el miedo al fracaso te detenga. Razona los miedos, no desprecies el mundo, sólo observalo en su justa dimensión para poder liberararte de lo que te esclaviza. Cuando te sientas libre no tendrás miedo. 
















                                                               Ardilla

sábado, 23 de febrero de 2019

De la mano de Bécquer



Nací en Sevilla un 17 de Febrero de 1836, en el número 26 de la calle Conde de Barajas. Calle que desemboca en la conocida Plaza de San Lorenzo, a escasos pasos del templo de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Mi verdadero nombre es Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida y Bécquer, aunque todos me conocen como Gustavo Adolfo Bécquer.

Foto Ardilla

Foto Ardilla

En la fachada de esta casa, luce hoy una lápida conmemorativa recordando la fecha y lugar de mi nacimiento. 


Foto Ardilla

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Foto Ardilla

En esta plaza de San Lorenzo, en la parroquia del mismo nombre - parte izquierda de la imagen- me bautizaron diez días después de mi nacimiento. Junto a ella, se encuentra el templo  de "El Señor de Sevilla".

Mi apellido Bécquer se lo debo  a uno de mis antepasados por parte paterna. Descendientes de una familia de nobles comerciantes flamencos que se instalaron en la Sevilla del siglo XVI. El primero de ellos fue Guillermo Bécker o Bécquer natural de Meurs. 
Mi padre, José Dominguez Insausti, era pintor de profesión. En sus lienzos reflejó las fiestas populares, majos de ferias, toreros, contrabandistas, todo un mundo de color de la Sevilla de entonces. Murió en 1841 a la edad de 35 años, cuando yo sólo tenía cinco. El nos inculcó el amor hacia las artes plásticas.  De ahí mi afición y la de mi hermano Valeriano por la pintura y el dibujo, aunque fue mi hermano quien se dedicó a ella. Tanto es así, que en "las noches de luna abría el balcón y dibujaba aquella claridad dudosa... pintaba todo lo que nos sucedía y retrataba en papeles y libros a la gente que íbamos conociendo". "Le fue siempre tanto más fácil la expresión de las ideas por medio del dibujo que por la palabra... no dice las cosas, sino que las pinta con la pluma". 
Mi madre se llamaba - Joaquina Bastida Vargas - murió al poco tiempo de mi padre y nos quedamos ocho huérfanos en una situación de pobreza, pero nunca abandonados. Durante algún tiempo nos  acogieron en casa de mi tía María Bastida, en la C/ Potro nº 37. 


                                            
                                                                                            Foto Ardilla

                                                                                          Foto Ardilla

Estudié en el colegio de San Francisco de Paula situado en la C/ Jesús del Gran Poder nº 29. Hoy día el edificio está reformado para otros asuntos.

                                                                        Foto Ardilla

                                                                      Foto Ardilla

Tuve suerte y en 1846, ingresé en el Real Colegio de Humanidades de San Telmo -Colegio de Mareantes-. Allí se acogía a los niños huérfanos para su enseñanza  como pilotos y empleados de barcos con destino a las Indias. Allí estuve hasta que el colegio fue desmantelado por el gobierno de Isabel II. Fue el palacio de los Duques de Montpensier y hoy es la sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía.


Foto Internet

Tiempo después los hermanos fuimos repartidos entre distintos familiares y yo me fui a vivir, junto a mi inseparable hermano Valeriano, a casa de mi madrina Manuela Monchay Moreno, cerca de la Parroquia de San Vicente, en la calle Alfaqueque, esquina con Calle Mendoza Ríos. Allí encontré, además de mucho cariño, una buena biblioteca - un tesoro para mí - y empezó mi gran afición por la lectura, la literatura y la escritura. Leía y admiraba todo cuanto caía en mis manos. Se me daba bien el dibujo, algo a lo que no renuncié, pero mi verdadera  vocación era la de escribir y me entusiasmaba la idea de encontrar nuevos horizontes. Un paraíso imaginario que me llevaría a Madrid.  Buscaba?... no se qué. Errante... sólo sentía un "Ansia perpetua de algo mejor" así que emprendí viaje hacia la capital y dejé atrás a mi ciudad ..."Y ahí te quedas, Sevilla del alma!"  


Foto Ardilla

Foto Ardilla

Foto Ardilla

Foto Ardilla

Foto Ardilla
Casa de mi madrina Manuela Monchay

Lo que no sabía yo, ingenuo e iluso joven provinciano de dieciocho años, era que aquel distanciamiento de mi ciudad y  el desamparo familiar me harían añorarla y sentirla en la distancia por el resto de mis días. Comparaba aquella Sevilla radiante y luminosa con el Madrid sucio y negro en el que me costó subsistir. "¿Es esto Madrid? ¿Es este el paraíso que yo soñé? ¡Dios mío que desencanto más horrible¡" Estaba hundido. 
En un principio no tenía oficio.  Promoví la publicación de los "Templos España", fracasó este proyecto y me dedique a traducir, a escribir zarzuela y teatro comercial, pero sin mucho éxito. Hice de todo, hasta que entré como redactor en "El Contemporáneo" en 1864. Tiempo después me convertí en su director. Fue entonces cuando tuve periodos de bastante prosperidad económica. Fui un periodista con gran dignidad literaria, protegido por González Bravo, ministro de la gobernación de entonces y otros grandes amigos que también admiraron mis obras. Fui conservador en lo político durante algún tiempo y progresista después. 


"Queridos amigos yo tengo fe en el porvenir. Me complazco en asistir mentalmente a esa inmensa e irresistible invasión de las nuevas ideas que van transformando poco a poco la faz de la Humanidad" 
(Desde mi celda. Carta IV, p. 541). 

Mi relaciones amorosas fueron intensas. Me enamoré de una mujer - Julia Espin- .que me cautivó la vida y el alma. Frecuenté su casa, la agasajé con algunos de mis dibujos y le dediqué algunas de mis más preciadas rimas. Ensueño o realidad? No, no amigos.  Amor, admiración, ternura, angustia, llanto. Eran mis sentimientos los que me inspiraban y movían mi pluma. Eran los latidos de mi corazón aquellos que suspiraban y dejaban poesía. Ficción? No. Realidad. Mi realidad interiorizada, mis más profundos sentimientos escondían mi dolor "como guarda el avaro su tesoro". Por Julia, por Elisa, por Casta, mi mujer. Qué mas da si a todas amé. 
No sé en que pensaba, si es que pensaba en alguna cosa. Mi alma temblaba, estaba triste, oscura, no comprendía los misteriosos fenómenos de mi interior. 


"Sabe, si alguna vez tus labios rojos quema invisible atmósfera abrasada,
 que el alma que hablar puede con los ojos, 
también puede besar con la mirada" 


"Dices que tienes corazón, y solo
lo dices porque sientes sus latidos.
Eso no es corazón...; es una máquina
que al compás que se mueve hace ruido.


"Una mujer me ha envenenado el alma;
otra mujer me ha envenenado el cuerpo;
ninguna de las dos vino a buscarme;
yo, de ninguna de las dos me quejo.

(Obras Completas. Libro de los Gorriones. Rima I, XX; LXXVIII; LXXIX (37, 48, 55) pp. 418-456). 

La enfermedad me debilita. Mi cuerpo de niebla y luz se arrastra miserable hacia la muerte. Muerte que deambula por los rincones tenebrosos de mi cerebro. Allí duermen los extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el arte los vista de palabra. Y aquí dentro, desnudos, y deformes, revueltos, los siento agitarse y vivir una vida oscura y extraña. Entre los incesantes desengaños gesto en mi cerebro mis sentimientos, que sólo escribo una vez pensados.  De ahí nacen mis leyendas, como la ambientada en el Convento de Santa Inés, situado en la Calle Doña María Coronel. 
Enfermo y con nostalgia de mi ciudad, en las navidades de 1881 publiqué en las páginas del periódico "El Contemporáneo", en la sección de variedades, esta leyenda, inspirada y recreada en este convento de mi ciudad. La "Leyenda  Sevillana",  más conocida como la Leyenda de "Mease Pérez el Organista". 

Foto Ardilla

Foto Ardilla

Foto Ardilla

Foto Ardilla

Foto Ardilla

Foto Ardilla

Órgano fabricado por Francisco Pérez de Vallladolid s. XVIII restaurado en 2017


"Todo el mundo fijó sus miradas en aquel punto. El órgano no estaba solo, y, no obstante, el órgano seguía sonando...; sonando como solo los arcángeles podrían imitarlo...
¿No os lo dije yo una y mil veces...¡Aquí hay busilis!... En toda Sevilla no se habla de otra cosa..."

                                 (Obras Completas. Leyendas. Mease Perez El Organista. p. 158) 


Nostalgia y más nostalgia  es lo que siento de mi ciudad y por ello volví a publicar en "El Contemporáneo" en Noviembre de 1862, mi leyenda " La Venta de los Gatos". Mediante mi pluma dibujé y describí el lugar como una escena costumbrista. Sueño despierto y describo aquellas ensoñaciones juveniles y la leyenda de lo acaecido aquel día cuando paseaba hacia el convento de San Jerónimo. Allí sentado  dibujé y me inspiré para escribir una historia de amor. 


 "en mitad del camino que se dirige al convento de San Jerónimo desde la puerta de la Macarena, hay, entre otros ventorrillos célebres, uno que, por el lugar en el que está colocado, y las circunstancias especiales que en él concurren, puede decirse que era, si ya no lo es, el más neto y característico de todos los ventorrillos andaluces. Figuraos una casita blanca... con cubierta de tejas rojizas.... Un cobertizo de madera... Una parra añosísima, que retuerce sus negruzcos troncos por entre el armazón de madera que la sostiene ... hasta seis o siete mesas cojas y hechas de tablas mal unidas... Las copas de dos corpulentos árboles que se levantan a espaldas del ventorrillo ... Imaginaos este paisaje animado por una multitud de hombres y mujeres, chiquillos y animales, formando grupos al cual más pintoresco y característico.... una turba de muchachas... y ríen, y hablan a voces... en tanto que impulsan como locas el columpio colgado entre dos árboles, y los mozos del ventorrillo que van y vienen con bateas de manzanilla y platos de aceitunas... Figuraos  todo esto en una tarde templada y serena, en la tarde de uno de los días más hermosos de Andalucía ... De esto hace ya muchos años, diez o doce lo menos. Yo estaba allí como fuera de mi centro natural.. No queriendo llamar la atención... pedí algo de beber... saqué un papel de la cartera de dibujo ... afilé un lápiz y comencé a buscar con la vista un tipo característico para copiarlo y conservarlo como un recuerdo de aquella escena y de aquel día... mis ojos se fijaron en una de las muchachas que formaban un alegre corro alrededor del columpio. Era alta, delgada, levemente morena, con unos ojos adormidos, grandes y negros, y un pelo más negro que los ojos... Mientras yo hacía el dibujo, un grupo de hombres, entre los cuales había uno que rasgueaba la guitarra con aire... no necesité mucho tiempo para conocer que entre ambos existía un sentimiento de afección, que se revelaba en sus cantares, llenos de alusiones transparentes y frases enamoradas.... Señorito... ¿Me quiere usted dar esa pintura que ha hecho? .... abrí la cartera, saqué el papel y se lo alargué sin decir una palabra... el cuidado con que lo dobló para guardárselo en la faja... Su felicidad parecía contagiosa, y me sentía alegre, con una alegría extraña y sin nombre, con una alegría, por decirlo así, de reflejo..."

Pocos días después abandoné a Sevilla, y pasaron diez años sin que volviese a ella, y olvidé muchas cosas que allí me habían sucedido; pero el recuerdo de tanta y tan ignorada y tranquila felicidad no se me borró nunca de la memoria. 
Cuando el azar me condujo de nuevo a mi ciudad, me impresionó mucho la completa transformación que había sufrido. 

"Yo dejé una Sevilla y encontraba otra muy diferente... encontré la mezcla de carácter andaluz y barniz francés..."
Fui a la venta en la que estuve. 

"Al llegar aquí, con la imaginación, se me representaron con más viveza que nunca los recuerdos que aún conservaba de la famosa venta... "

Llegué al ventorrillo. Estaba ruinoso, abandonado y triste. El ventero era el mismo de hacía diez años, pero más envejecido.  Estaba solo entre las viejas y desiertas mesas. Dialogamos y me contó todo lo que había sucedido con Amparo, que así se llamaba aquella preciosa muchacha que yo dibujé y que el anciano había criado desde que la sacó de la casa de expósitos. "Mi hijo la amaba" decía el ventero. Pensaban casarse hasta que en vísperas de su boda se presentaron unos señores y reclamaron a la chica. Ella lloraba pero se la llevaron en contra de su voluntad. El hijo del ventero intentó por todos los medios volver a verla, pero fue inútil. Su familia no lo consintió. Desde entonces el muchacho cayó en un letargo del que no se repuso. Al cabo la vio, pero la vio muerta.  El cortejo pasó por delante del ventorrillo camino del cementerio. "¿Quién sabe si era la misma?" Y era. Desde entonces el muchacho permaneció encerrado en una de las habitaciones de la venta, donde pasaba los días contemplando inmóvil el retrato de su amada, sin que se abriesen sus labios más que para cantar esa copla tan sencilla y tan tierna que encierra un poema de dolor que yo aprendí a descifrar entonces y que publiqué en "El Contemporáneo"

                                                 "El carrito de los muertos 
                                                           pasó por aquí
                                                como llevaba la manita fuera
                                                               yo la conocí" 

                                                          
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"En ese instante concluía una historia que dejé empezada allí.. "

Hoy en este lugar emblemático donde se encontraba el ventorrillo, se alza una barriada construida   en la segunda mitad de los años sesenta del siglo XX por Ramiro Lahoz Abad. Lleva por nombre  "Las Golondrinas" y todas sus calles hacen alusión a mi obra artística. Calle Romanticismo, Rayo de Luna, Rosa de Pasión....

En Madrid sigo y en Madrid moriré junto a mi hermano Valeriano. Estoy debilitado y abatido por la enfermedad  al igual que él. Pasamos mucho tiempo juntos, luchamos por nuestros ideales, siempre unidos hasta que la muerte llamó a la nuestra puerta como llama a la de cualquier mortal y con un intervalo de tres meses sucumbimos rendidos ante ella. 
Hoy en la casa donde me halló la muerte, en la madrileña calle de Claudio Coello nº 25 mis más devotos amigos han querido recordarme con una placa conmemorativa. 


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"Tal vez muy pronto tendré que hacer la maleta para el gran viaje. 
De una hora a otra puede desligarse el espíritu de la materia para remontarse a regiones más puras"
(Obras Completas. Junio 1868)

Media hora después de mi muerte, la mañana del 22 de Diciembre de 1870, se produjo  un eclipse  total de Sol. 


                                             
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Me enterraron en el Cementerio de San Lorenzo y San José de Madrid hasta que mis restos, junto con los de mi hermano Valeriano, fueron trasladados a Sevilla un 11 de Abril de 1913. Ahora reposo en el panteón de Ilustres sevillanos junto a mi hermano, en la cripta de la Academia de Bellas Artes. 



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"Si morir es dormir, quiero dormir en paz en la noche de la muerte"

"Soñaba que la ciudad que me vio nacer se enorgulleciese con mi nombre, añadiéndolo al brillante catálogo de sus ilustres hijos"
(Desde mi Celda. Carta III)

Fui elogiado, querido y admirado por algunos de mis amigos que contribuyeron a mitificar mi  imagen y mi memoria. Entre ellos mi hermano que dejó mi retrato como símbolo de su buen hacer con los pinceles. 

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Mis grandes reliquias del Amor. Yo poeta de las golondrinas, no fingí los latidos del corazón y sentí inflamada mi alma. Oh! eterno silencio. Ayer con vosotros y hoy en esta soledad y eterna calma.

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Heme aquí levantado sobre un pedestal, a la sombra de un sauce, donde el viento suspira y los pájaros revolotean sobre mi cabeza de piedra. Ya no me asaltan ideas, ya nada pienso. Quizá los árboles hablen de mi vida y de mi gloria.  


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Ahora soñaran otros entorno a mi pedestal. Ninfas, idilios de amores, una profunda inscripción con mi nombre. Vaga melancolía para un hermoso lugar es la huella de mi paso.


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Cuántas tempestades silenciosas, cuántas ilusiones baldías, cuántas historias contadas, cuánta poesía. Ahora ...  queda sólo mi recuerdo. 

"Mientras sintamos que se alegra el alma
sin que los labios rían;
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!"
(Rima IV del libro de los Gorriones)


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"Para dormir el sueño de la inmortalidad, a la orilla del Betis, al que yo habría cantado en odas magníficas, y en aquel mismo punto a donde iba tantas veces a oír el suave murmullo de sus ondas. Una piedra blanca con una cruz y mi nombre serían todo el monumento... Allí duerme el poeta"
(Desde mi Celda. Carta III)